jueves, 8 de marzo de 2007
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Grité sin moverme. Si alguien me vio, solamente percibió que di unos cuantos clicks, que recorrí a clicks muchas páginas y me llené de una envidia absurda, me cargué de deseo y mi cabeza se hundió entre los hombros. Hoy en lugar de cabeza sólo queda un dolor en la clavícula, en el mango del esternón y en la primer vértebra cervical.
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3 comentarios:
se ve que usté conoce muy bien a los leones...
...y lo mejor de todo es que en la cabeza aún hay muchos clicks y en las páginas deseos y en los deseos envidias y en las envidais el esternón y el esternón en mi clavícula y mi clavícula en mi grito y mi grito no carga a mi dolor y mi dolor no está en mi cabeza y la cabeza es absurda. ¿por qué es que tenemos cabeza?
ya se que me desconecte despues de lo de la mara pero ya me dieron ganas de seguir con mis poemas, te prometo que nos seguiremos viendo
¡suerte!
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