martes, 17 de abril de 2007

Después de inervar el tedio acumulado,
de perder el miedo a contaminar las calles bajo el peso de esta careta ordinaria,
el mundo acumula constantes huidizas vestidas de verde ocre ambarina pus.

Junto hojas de periódico durante semanas,
selecciono las que exhiben a los violadores
y duermo con ellas.

De pronto, el que una vez fue mi semblante usa la vigilia
para avisarme que estúpidamente cambié carne por papel en el ensueño.

Esparcido por la habitación escucho al que fue mi rostro repetirme:
"Fui lo que quiera, soy lo que seré, sea una imagen…"
"Fui lo que quiera, soy lo que seré, sea una imagen…"

Apuntalo un ojo en mi uña y dejo pasar al grillo con su canasta de barro.
Nacen huellas en mi piel de calle despostillada.
Huellas de férrea indiferencia hacia el estúpido aire libre urbanizado:
De ser el más ruin de los grillos que roen el rostro de la ciudad.

Perdí.

Una vez convertido en jirafa de palo
cicatrices de pulpa invaden mis ojos
y sólo queda observar los hules especulantes
sobre las plantas de mis mejallis despostilladas.

Todo mi pasado se cierne en los crismones de mi pecho.

Cinco plagas me han poseído
y sé que al menos cinco más han de venir a moler mi enervada existencia.
Junto hojas de periódico durante semanas,
selecciono las que exhiben a los violadores
y duermo con ellas.

4 comentarios:

Salvador Lobo dijo...

Nando,

Las palabras, las ideas es donde mejor vives. Ante el vertigo de éstas, tus palabras, no hay escudo que nos proteja.
En tal caso, la enfermedad es la mejor cura.

Saludos y abrazos feroces.

Anónimo dijo...

suenas cansado

Miroslava dijo...

te voy a cocinar chulo, pa que te me cures

Consuelo Cervantes dijo...

mosca muerta